
La palabra autonomía se deriva de las palabras
griegas autos “yo” y nomos “regla”.
El principio de respeto a la autonomía del
paciente es la base del consentimiento informado.
Se debe partir de la presunción de que
los pacientes son capaces de gobernar su
propia vida, lo que te obliga a respetar sus
decisiones respecto a lo que debe hacerse
con su cuerpo sano o enfermo.
El respeto a este principio obliga a los
profesionales de la nutrición a lo siguiente:
proporcionar al paciente capaz una información
en cantidad adecuada a sus necesidades
respecto a las siguientes cuestiones:
1. El diagnóstico y pronóstico de su enfermedad.
2. Los diferentes procedimientos o modalidades
de hidratación o nutrición que
están indicados en su caso.
3. Los beneficios y riesgos de cada uno de
ellos.
4. Las alternativas que tiene, incluyendo
la posibilidad de rechazo de la terapia,
con las consecuencias que se deriven de
ello.
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